La Capea en la Despedida de Soltero
Una capea es un clásico a la hora de juntarte con tus amigos para pasar una tarde diferente; desde hace muchos años, la capea se considera una actividad típica para pasar una tarde junto a todos tus amigos; Esos compañeros de facultad, que celebran el fin de curso, y usan la excusa para juntarse y pasar una tarde de diversión antes de marchar cada uno de ellos a sus ciudades de origen… O quién no ha pasado una tarde con aquellos amigos del pueblo a los que ves año tras año y estás deseando ver de nuevo… Y como no, una capea también es una actividad típica para celebrar la despedida de soltero de aquel amigo o amiga que se lanza a la aventura de la vida en pareja.
Lo que sí que ha ido avanzando con el paso de los años es la propia capea en sí misma… Es muy probable que aquel famoso programa, dirigido por Ramón García modificara el concepto de capea. Si no recuerdo mal, la famosa vaquilla “Manolita”, nos hacía pasar las noches de los sábados en grande… ¿Sabéis ya de que programa os hablo? Si…exactamente me refiero al “Grand Prix”.
La dinámica de este programa relacionada con las capeas, consistía en proponer pruebas diferentes dentro de la plaza de tientas, habiendo 2 equipos (Equipos que representaban a diferentes pueblos de España) que se jugaban el tipo por conseguir la mayor cantidad de puntos posible. Era necesario arriesgarse a llevarse un revolcón para poder ganar las pruebas… recuerdo la prueba que consistía en meter una pelota dentro de una canasta que estaba ubicada en el centro de la plaza, en consecuencia, si querías ganar, tenías que anotar la mayor cantidad de puntos posibles, y por lo tanto arriesgarte al máximo. ¡Las risas estaban aseguradas!
A día de hoy, una capea puede ser más que una vaquilla y un capote… Dentro de una plaza de tientas se pueden proponer diferentes pruebas; muy de moda en esta línea, está la de echar un partidito de futbito con la vaquilla rondando, o proponer una gymkana en la que debas realizar diferentes pruebas en un tiempo máximo, o ir de un lado a otro con un cubo repleto de agua… Al fin y al cabo, cosas diferentes que pueden hacer a la capea más dinámica y posiblemente más divertida.
Pero si hay algo totalmente indispensable y que el paso de los años no ha modificado en ningún momento es acompañar la capea con una buena parrillada. ¡Una capea sin una parrillada antes o después, o antes y después, no es una capea! Esa tira de panceta a la brasa, ese choricito frito, una chuletita de cordero por aquí, un filetito de lomo por ahí… ¡Que rico ese bocadillito con pan de pueblo que te construyes… así si se complementa correctamente una buena capea!
Y por supuesto tanto durante la parrillada, como durante la capea, como después de la capea, no puede faltar esa sangría o esa cerveza bien fría con la que combatir el calor, y con la que envalentonar a los más indecisos. Siempre está aquel amigo con el que tienes asegurado no parar de reírte, y que a poquito que se anime, sabes que va a ser la sensación de la capea.
Al fin y al cabo, supongo que todos los que leáis este artículo en alguna ocasión habréis estado en alguna capea, y espero que os haya dado ganas de volver a alguna muy pronto, y si no habéis estado nunca en ninguna, espero que os haya dado ganas de probar la experiencia; sinceramente os lo recomiendo y os animo a pasar una tarde diferente junto con la gente con la que tanto te diviertes; animaos porque es una apuesta segura para pasarlo en grande.
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